Expertos enumeran los peligros de usar el teléfono mientras se anda en bicicleta

 

Basta con unos segundos mirando un mensaje para dejar de ver lo que ocurre delante de ti. Un bache, una puerta de coche que se abre, una persona con un carrito, un patinete que aparece de la nada. Todo surge de forma repentina porque tu atención no está en el presente. Al mirar la pantalla, pierdes el control visual del entorno. El cerebro simplemente no tiene tiempo para procesar lo que pasa, especialmente si vas a gran velocidad.

Algunos piensan: “pero si solo miro de reojo”. Sin embargo, mirar de reojo en una bicicleta es prácticamente lo mismo que hacerlo con los ojos cerrados. Incluso un leve giro del manillar a gran velocidad, sin tener plena conciencia del entorno, puede terminar muy mal. En otras palabras, si no estás mirando la carretera, no formas parte de ella, eres simplemente una variable más del accidente.

Incluso si no miras la pantalla, pero hablas por teléfono con auriculares, tu atención igualmente se dispersa. El cerebro no es capaz de concentrarse plenamente en el camino y al mismo tiempo discutir a dónde irá cada uno por la noche. Es como si te sacaran del flujo: tu cuerpo sigue pedaleando, pero tu mente está atrapada en el chat.

La distracción es aún mayor cuando miras directamente la pantalla del dispositivo y te absorbe lo que está ocurriendo allí. Esto es especialmente relevante hoy en día, cuando los memes, las redes sociales y los videos pueden captar toda nuestra atención. Y eso sin hablar de los videojuegos móviles o los juegos de azar en línea. Estas formas de entretenimiento se han vuelto muy populares en los últimos años. Lo demuestra el análisis de las búsquedas en línea, donde aparecen nombres conocidos como Pin Up, Megapari y Melbet. Millones de personas se convierten en usuarios de estas plataformas. Para registrarse en el mencionado Melbet, solo hay que ingresar al sitio web y dedicar unos minutos. A partir de ahí, se puede acceder a miles de juegos de azar, muchos de los cuales resultan realmente absorbentes. Hay quienes se sienten tan atrapados por ellos que no pueden dejar de jugar ni siquiera mientras andan en bicicleta o conducen un coche.

Puede que alcances a frenar, pero no necesariamente a tiempo. La bicicleta es ágil, sí, pero no perdona errores. Incluso con auriculares es difícil percibir los sonidos del entorno, y si además estás concentrado en una conversación, las probabilidades de chocar contra algo aumentan considerablemente. Basta con un momento de distracción para no tomar bien una curva o no ver un coche acercándose por un lado.

Si el mensaje es realmente urgente, detente. No lo hagas en una curva, en medio del tráfico ni en plena vía. Solo busca un lugar seguro y revisa lo que sea necesario. Porque si lo haces en movimiento, las consecuencias pueden ser mucho peores que una llamada perdida.

A veces parece que serán solo un par de segundos. Pero la bicicleta no es el medio adecuado para esas pausas. Incluso una distracción mínima puede provocar una caída o una colisión. Si tu mano va una y otra vez hacia el teléfono, tal vez deberías preguntarte por qué crees que es más importante que el camino que tienes delante.