Los chicos de la U17 de básquet y una experiencia inolvidable

El equipo de básquet categoría U17 de Alvarado vivió durante la última semana una de esas experiencias que quedan en la retina, el sentipensamiento y la memoria del cuerpo por muchos años.
Los jugadores que dirigen Martín Pellegrinet y Hernán Ferrero fueron a la ciudad de Villa María, Córdoba, donde compartieron una semana de convivencia y entrenamientos en el Club Florentino Ameghino.

Durante la estadía en Villa María los jugadores del “torito” se hospedaron repartidos entre un hotel y el complejo de departamentos que el propio club destina a sus reclutados, por lo que se produjeron permanentes intercambios entre chicos de diferentes lugares del país (desde Carmen de Patagones hasta Salta, pasando por Rosario, Cruz del Eje, La Rioja y Tucumán), más los marplatenses que además contaron con invitados de otros clubes de “La Feliz” y de La Plata.

Las jornadas de entrenamiento, de entre dos, tres y hasta cuatro turnos por día, comenzaban bien temprano por la mañana y se extendían hasta el mediodía, para retomarse por la tarde después del almuerzo y un rato de descanso. Los componentes de la delegación marplatense vivenciaron así cómo se entrena al ritmo de un club que forma y recluta jugadores para insertar en el profesionalismo.

El martes 23 de julio, en horas de la tarde, Ameghino brindó una charla abierta a la delegación visitante. Los entrenadores Castro, Murias y Tilloy contaron en detalle el proceso que vivió el club desde su refundación en 2010 hasta la actualidad. Además, tomaron la palabra el psicólogo Leonardo Molina, el encargado de prensa Damián Stupenengo, y el gerente Flavio Ibarra. También los jugadores reclutados Jeremías Frontera y Álvaro Caraffa dieron detalles de cómo es la vida de un joven que vive el proceso de desarraigo y, a la vez, busca su mejor versión en un ámbito de alto rendimiento.

El último viernes las categorías U17 de los dos clubes jugaron un partido amistoso, donde en todo momento primó la camaradería y el buen trato, amén de los roces y las ganas de medirse y jugar un picado. Tanto en uno como en otro equipo rotaron todos los jugadores, y también algunos más chicos que se dieron el gusto de compartir cancha con los más grandes.

En cada espacio y momento, ya sea entrenamiento en cancha, gimnasio, hotel, departamento, almuerzo, cena o merienda, todos los chicos tuvieron idas y vueltas permanentes.

Ya de vuelta en la ciudad, los jugadores de Alvarado retomarán los entrenamientos desde mañana lunes, en lo que será  la preparación para el Torneo Oficial que se disputará durante el segundo semestre del año.

Ameghino es un club que a nivel profesional compite en la segunda división (La Liga Argentina), y que durante la última década reconstituyó por completo su institución al punto de haberse convertido en un modelo en cuanto a formación, reclutamiento y cumplimiento en el desarrollo de los jugadores jóvenes.
El club apodado “Los Leones” profesionalizó todas sus áreas y, sin despilfarros, direccionó sus recursos hacia objetivos claros. Para que esta estructura funcione de manera aceitada, el dirigente máximo, Pablo Gribaudo, deposita su confianza en el entrenador jefe del equipo profesional Pablo Castro (quien trabaja en el club desde 2010 y ha sido protagonista y testigo de todos los procesos), secundado por Facundo Murias (primer asistente y entrenador de fundamentos) y Nicolás Tilloy (segundo asistente, y a cargo de primera local, U19, U17 y U15). Ellos tres conforman el cuerpo de entrenadores, que está robustecido por un psicólogo (que trabaja para la estructura de formación), un kinesiólogo, un médico, un fisiatra, una nutricionista, dos preparadores físicos, una cocinera, y dos gerentes, Raquel Ludueña y Flavio Ibarra, a cargo de supervisar todas las áreas.

Actualmente Ameghino es campeón provincial en categoría U17 y finalista en el mismo certamen en U19.

Al visitar las instalaciones de Ameghino no se encontrará con lujo, que es vulgaridad, sino una infraestructura acorde para el desarrollo de la actividad tal cual se lo han propuesto en la institución. Y con personas idóneas para llevarla a cabo.

Como si fuera poco, durante la quincena del período de vacaciones de invierno en la provincia de Córdoba, el piso de “La Leonera” fue pulido y doblemente laqueado por lo que reluce impecable. Las flamantes tablas fueron reestrenadas en un entrenamiento compartido entre los jugadores locales y los de Alvarado.

Un viaje y una experiencia que se concretó pura y exclusivamente por el apoyo y la confianza permanente que las mamás y los papás de la subcomisión de básquet del club depositan en los entrenadores, como también de la excelente predisposición y excesiva generosidad de Flavio Ibarra de Ameghino, y cada persona que en Villa María hizo sentir a los jugadores y entrenadores del “torito” como si estuvieran en su casa.